2.0 El Mauretania (por fin).

Oceano Atlántico, a bordo del Mauritania, sábado día 22 de enero (extraños pasajeros)


Todo ha ido bien, Matt llegó justo pero a tiempo y hemos podido salir. El muy pesado se ha empeñado en subir a bordo armado para lo que le ha dejado mi revolver, al final ha ido bien pero creo que ha sido otra vez demasiado arriesgado, no sé para que una pistola a bordo. No se lo he dicho pero creo que si lo hubieran pillado yo huibiera subido al barco igual, pero por suerte no ha habido que tomar esa decisión.

En el barco me acomodan en el camarote A32, una habitación lujosa con teléfono. De los pasajeros que se alojan con nosotros nos llaman la atención al subir tres en concreto. Un alto dignatario que acude con una nutrida escolta al barco, una especie de profesor cargado con libros y con aspecto nervioso y un cura muy desaliñado con aspecto extraño.

Para comer nos sentamos en mesas de 6 personas, yo trato de invitar al hombre con aspecto intelectual a que se siente con nosotros pero parece que el viaje en barco le ha pasado factura y se le ve muy mareado. Junto a nosotros se sientan una mujer artista bohemia y un agente de seguros, aparentemente no parece gente que pueda aportarnos nada especial, sin embargo siento otro tipo de interés hacia la mujer, tan lejos de casa y tanto tiempo solo. Les preguntamos por la gente del barco y hablamos del dignatario parece que es alguien de Europa del Este.

Por la noche decido ir por el bar y ver si conozco gente interesante, trato de acercarme al hombre poderoso que está hablando con el sobrecargo, pero un guardaespaldas me lo impide. Después de que acaben de hablar me acerco al sobrecargo y me cuenta que el hombre es Mijkail Andreievic Nurosov, un conde polaco que es banquero y que es muy rico, y que al día siguiente por la mañana irá a jugar al Tejo. Le pregunto por los servicios del barco pero no hay nada que parezca especialmente interesante. Tras eso veo a la escritora tomando algo y decido acercarme a ella, después de una interesante conversación trato de invitarle a una copa pero no me la acepta. Otra vez será.

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