1.13 Ahora la Ley actúa.


(Nota del G. A partir de ahora la estructura narrativa del bolg cambia. Los acontecimientos serán relatados a partir del diario personal de uno de los personajes, el periodista David Hasselhof, quien redactó de su puño y letra una crónica de sus aventuras y de los acontecimientos vividos, ya si lo seguirá haciendo, mientras la quede cordura. ¡Que Dios se apiade de su alma!)


Diario de David Hasselhoff


Arkham, sábado día 8 de enero (traslado).


Estoy en el calabozo de la comisaría de Arkham, he pasado aquí mi primera noche. me han detenido por un delito que no he cometido, aunque sí estaba donde se me acusa de estar y realmente robé algo de donde me acusan de haber robado. Aunque lo que realmente me está preocupando es la acusación de asesinato, ya que esta es la que me puede condenar en la cárcel por más tiempo del que me queda y no puedo demostrar mi inocencia. Me han quitado mis posesiones, entre las que se encontraba todo mi dinero que había sacado puesto que quería irme a Escocia. Me trasladan a Boston puesto que el delito se cometió allí y además se me acusa de asesinato. No puedo hacer más que pensar una estrategia para salir de esta situación desesperada, me estoy dando cuenta de que lucho contra algo muy poderoso, la Orden Hermética del Crepúsculo de Plata llega a todas partes.

He pensado una estrategia, dado que me he dado cuenta del poder de la orden, voy a intentar usarlo para salir de esta. Voy a ofrecer lo único que les interesa de mí, que es la información que poseo, creo que no la tienen toda puesto que con el poder que han demostrado tener si hubieran querido ya estaría muerto. Lo malo de esto es que si mis compañeros no han cambiado sus identidades o no han salido de Nueva York les estoy poniendo en peligro, vamos que les estoy vendiendo. Además una vez les entregue lo que quieren ya no les serviré, y he visto como han acabado otros en mi situación.

Al llegar a Boston me interroga la policía, con no muy buenos modos exigen que les diga lo que ha pasado y les dé el nombre de mis colaboradores. Me entero de que hay testigos que me vieron en Boston en los días 27 y 28 de diciembre, que es cuando se produjo la entrada a la Orden. Además saben que compramos una barra de hierro, cosa de la que no me acordaba, pero ahora caigo en que sí, que la usamos para forzar la puerta del río a los sótanos.

Como me doy cuenta que no puedo negarlo todo les digo que investigaba la orden para hacer un artículo al respecto, ya que es lo que dije cuando pedí un pase para el acto que allí tuvo lugar unos días después. Que estuve en Boston esos días pero que el día 29 de diciembre me fui a casa y que llegué a las 11 después de cenar. Respecto a mis amigos me amenazan de malas maneras y no tengo más remedio que decir algo, doy dos nombres falsos (Michael Knight y Devon Miles), les digo que no sé donde viven y que los localizaba en un bar de Boston donde una vez fuimos a tomar un café. Al fin me dejan ir a mi celda, pensando que es una pena gastar el nombre que yo me quería poner cuando lo cambiara.

Por la tarde tengo la visita de mi abogado, es un abogado de oficio que me han nombrado llamado Robert Clancy Nos presentamos y me doy cuenta de que su cara me suena, como no podía ser de otra manera este capullo pertenece a la orden. Primero me asusto, pero luego me alegro, es una oportunidad de contactar con ellos directamente, además vuelven a demostrar tener mucho poder, lo que será necesario para poder conseguir que me saquen de aquí. Por eso decido no decírselo, ya que si me hace falta puedo usar esta información posteriormente.

Me dice que el caso es muy difícil de ganar. Le comento que soy inocente y que me han acusado injustamente, eso lo debería de saber. Aprovecho que sé que es de la orden para proponerle mi plan, que es el vender la información que tengo a cambio de que retiren los cargos contra mí. Pero hay una dificultad, ya que por el asesinato no solo me acusa la orden sino también el estado, por lo que mi plan se complica, ya que no se si conseguiré salir de aquí si la orden retiran la denuncia.

Prisión de Boston, domingo día 9 de enero (Visitante sorpresa).

Hoy he vuelto a tener una visita, pero no es la que yo pensaba. Me ha venido a ver mi abogado de nuevo, pero esta vez venía acompañado. Con él venía otro abogado que se identifica como Edward Swinglehost, abogado de la familia Hancock. Me alegro mucho y agradezco la ayuda de mi amigo, aunque me parece que es un error, ya que no es ayuda legal lo que yo necesito y además Jacob Hancock se ha identificado delante de un miembro de la orden, lo que seguro le trae problemas.

Me plantea si acepto el cambio de abogado, lo que me genera muchas dudas, ya que no creo que pueda hacer mucho por más buen abogado que sea, y además con el de oficio tengo a mi favor que se que es de la orden, aunque no sé si eso sirve de mucho. Finalmente decido aceptar al nuevo abogado, ya que no quiero perder el apoyo de Jacob Hancock, ya que es el único aliado que me queda localizable, y no aceptándolo no evitaré que la orden pueda ir por él en cualquier momento. En el momento de despedirse el abogado de oficio me dice que seguirá con lo que comentamos el día anterior, parece que no tiene ningún tipo de reparo en que sepa que es de la orden.

El abogado de la familia Hancock me confirma lo que me dijo el otro abogado de que el caso está chungo, confirmándome también mis temores que aunque consiguiera que la orden retire su denuncia, seguiría en prisión mientras no se demuestre mi inocencia. Eso me lleva a cambiar mi estrategia, debo conseguir que la orden consiga pruebas que me exoneren del asesinato, al fin y al cabo, las consiguieron para acusarme falsamente de ello y de robo.

Prisión de Boston, lunes día 10 de enero (Contacto con la orden)

Sigo en prisión en la celda con el vigilante que tiene mala leche. Como yo esperaba, hoy he recibido una visita de la orden, con el mismísimo John Scott a la cabeza acompañado del abogado, aunque no del de la familia Hancock sino del primero de ellos. Solicito que quiero que venga mi abogado pero me dicen que no puede venir, me temo lo peor, aunque eso no tiene porque cambiar mi plan, pero si me hace ver que si doy la información antes de estar libre no harán nada para ayudarme.

Hablo con John Scott que me dice que le interesan solo 2 cosas, el paradero del libro así como el nombre y el paradero de mis compañeros. Respecto a lo del libro no me lo esperaba, yo creía que lo importante era el diario que se encontraba en la consigna de la estación de Arkham, no pensaba en el libro, que por lo que yo sabía se encontraba en poder del profesor Karloff que lo estaba estudiando. Respecto a mis compañeros necesito tiempo, ya que si gano el tiempo suficiente y ellos hacen lo que hablamos en su día, deberían estar en un barco hacia Europa con dos nuevas identidades en unos días si no lo estaban ya.

Yo por mi parte le exijo que se retiren los cargos, ellos ofrecen retirar el de robo pero no el de asesinato, lo que no me sirve para nada. Les digo que eso no me vale que necesito que retiren ambos y que me ofrezcan una coartada o pruebas para librarme ante el estado. Además les exijo garantías de que cumplan su palabra, ya que no me fio de ellos.

Finalmente quedamos en volver a vernos el miércoles, en 2 días para dar respuesta a las propuestas realizadas.

Ahora sé de la importancia del libro, y que aun no han identificado al profesor Karloff. Los dos días deberían ser suficientes para que mis amigos estuvieran fuera del país, por lo que aunque no sea lo más elegante que he hecho en mi vida, si me ofrecen lo que pido estoy dispuesto a dar sus nombres y decir que están en Nueva York.


Prisión de Boston, martes día 11 de enero (Encuentros inexplicables)


Anoche pasó algo que me ha cambiado el ánimo. A mitad de la noche me desperté y vi como del suelo y las paredes de mi celda no cesaban de brotar gusanos, ciempiés y demás insectos. Entonces apareció una nube de vapor de la que salía una luz de color lila y de esa nube, de la nada, apareció una criatura terrible. No era humano y tenía una forma indescriptible, me quedé paralizado sin saber que hacer, entonces la criatura me agarró con una fuerza que no había sentido jamás y me cogió como quien lleva en su brazo una barra de pan. Me llevó a través de la nube y al cruzarla salí de mi celda y pasé a otra dimensión, me llevó cogido cruzando algo que parecía ser el espacio durante un tiempo que se me hizo interminable, para finalmente dejarme en un pasadizo de piedra. Había escapado de mi celda, pero el panorama era bastante peor, estaba en un pasillo y no tenía más opción que avanzar, ya que no había otra salida. Pasé a una especie de cráter con un camino excavado en las paredes y con lava y magma en el fondo. Para mi decepción el camino descendía hacia abajo, lo seguí ya que no había otra salida y bajé hasta lo que parecía ser un altar. En el altar había una especie de monje arrodillado adorando a una estatua sobre un monolito. Como el camino acababa allí decidí dirigirme al monje y preguntarle que donde estaba. Fué una mala decisión, en ese momento se levantó y se quitó la capucha que le cubría la cara, descubriendo que donde tenía que estar su cara habían miles de ciempiés formando su cabeza y que los únicos rasgos aparentemente humanos eran dos ojos brillantes.

Eso fue lo último que vi, incapaz de soportar todo eso caí desmayado presa del miedo y de la locura. Finalmente me desperté por la mañana, otra vez en la cama de mi celda. Lo sucedido me hizo perder la razón y me dejará secuelas el resto de mi existencia, y aunque me sirvió para comprender un poco más a que me enfrentaba, el conocerlo no hacía más que asustarme todavía más.

Por la tarde tuve una nueva visita, me lo indicó el guarda de la prisión, que no parece demasiado de fiar. No sabía quien podía ser, tuve la esperanza que fuera el abogado de la familia Hancock. Pero en su lugar apareció un personaje con gabardina y sombrero que ocultaba su rostro, yo después de lo de anoche no quise mirarle a la cara por si acaso. Se levantó y dejó sobre la mesa una pistola y un cuchillo, en ese momento pensé que era de la orden y que quería la información que yo usaba para presionarles. Pero en lugar de eso me preguntó por Jack Walters, lo que me descolocó ya que no me esperaba esa pregunta y no sabía nada de él. Intentó sacarme la información bajo amenazas, la pistola y el cuchillo tuvieron su uso, y por eso y porque no sabía quien era decidí decirle lo que sabía de Jack Walters, que además no era mucho. Al ver que no me hizo daño empezé a creer que no era de la orden, no me cuadraba y decidí confiar en él y pedirle ayuda para salir de la prisión, a lo que para mi sorpresa pareció reaccionar de manera positiva, aunque solo me dijo que tendría noticias suyas.


Prisión de Boston, miércoles día 12 de enero (Situación límite)


Esta noche ha vuelto a pasar. Otra vez los gusanos, la luz, la nube, la criatura llevandome a través de ella. Finalmente me dejó en la prisión, pero no en mi celda, esta vez decidí no seguir hacia adelante y volver a mi celda, ya que en el suelo había cadáveres agonizantes y la puerta de mi celda estaba abierta. Al entrar se cerró y vi un bulto en mi propia cama, pensé que podía ser yo mismo, ya que ya no distingo entre sueño y realidad pero, lo más inexplicable de todo es que se trataba de Jack Walters, lo que me dejó descolocado después del encuentro del día anterior. Jack, mi amigo, me atacó, intenté defenderme y en ese momento perdí la consciencia hasta despertarme otra vez en mi celda. Espero que esto acabe puesto que no aguanto una sola noche más así.

Durante el día ha tenido lugar la reunión con la orden, por parte de ellos ha asistido John Scott, el abogado y Jack Walters!!!!. Era la tercera vez en menos de un día que Jack Walters aparecía en escena, y esta vez era real, eso me hizo volver a descartar al hombre del sombrero como miembro de la orden, pero Jack Walters pasaba a serlo. Había otra cosa que no me cuadraba, Jack tenía la información que yo iba a utilizar en la negociación, conocía a mis compañeros, sabía que estaban en Nueva York, donde estaba el diario y quien tenía el libro. Pero la orden no podía saberlo, tenía ante mí al mismísimo John Scott y si yo no les fuera útil ya habrían acabado conmigo, aunque de hecho estas dos noches habían estado cerca.

Jack me dijo que me uniera a ellos, que no estaba en el lado correcto. En ese momento vi a Jack y no pude evitar acordarme de Martin Helverson, con el que empezó todo, o bien Jack era otra persona o bien no estaba vivo, como Martin o como Curwen, pero supe que jamás volvería a ver al Jack Walters con el que compartí investigaciones, descansa en paz, Jack.

John Scott se puso en plan amenazador conmigo, exigiendome que diera la información. Yo estaba dispuesto a darsela si me daban garantías de que cumplían con su palabra, pero ellos querían que yo fuera el que diera la información. Resignado intenté pedirles al menos garantías de que me exoneraran por la acusación de asesinato, y tan solo obtuve un ya veremos por respuesta. No iban a ceder, por lo que si daba la información quedaba indefenso ante ellos, que podían acudir a mi como habían hecho ya estas dos noches, que había visto como eliminaban a los que no les servían. Pensé entonces que no iba a vender a mis amigos por nada, y pensé que el hombre del sombrero podía ser realmente de la orden y que me ayudaría, y decidir no decir nada.

Cuando dije que con esas condiciones no iba a dar la información, Scott me amenazó, yo sabía que iba muy en serio y me asusté. Recé en ese momento porque no me fallara el hombre del sombrero, que ahora era mi única esperanza, ya que no parecía que el abogado de la familia Hancock pudiera aparecer. Decidí no dormir más en mi celda hasta que pudiera de alguna manera escapar, o escapaba o moría de sueño.

A la hora de cenar ha pasado por fin algo bueno. El guarda macarra de la prisión me ha cambiado el chusco de pan por otro, en el que me ha pasado había una nota en la que me decía que esta noche me quedara el último en la ducha y que no saliera con los demás, que huiría por las alcantarillas. Sinceramente, lo primero que pensé era en que peligraba mi integridad sexual, pero era una oportunidad única que no iba a dejar pasar. Me di cuenta que detrás de eso solo podía estar el hombre del sombrero, al final el hombre del sombrero resultó ser un ángel, aunque con pistola y cuchillo, pero me ofrecía una salida. Espero que haya una siguiente entrada en este diario y que no sea desde la prisión.

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